Si bien a la hora de hablar de leishmaniosis en animales, se sabe que los perros son a quienes principalmente afecta la enfermedad en la península ibérica, pero igualmente existen otros animales domésticos y silvestres, o incluso personas que pueden verse afectados por la leishmaniosis.
Pero antes de todo, es importante que entendamos que es la leishmaniosis y como se transmite.
La leishmaniosis y como se transmite
La leishmaniosis es una enfermedad grave causada por el parásito Leishmania y transmitida por la picadura de un flebótomo (un insecto similar al mosquito). Este parásito necesita a un animal para completar su ciclo y reproducirse. A estos animales los llamamos "reservorios", porque albergan y mantienen el parásito en su interior, permitiendo su propagación a otros animales o personas.
El perro como principal animal afectado de leishmaniosis canina
Los perros son el animal más afectado por la leishmaniosis en entornos urbanos y rurales. Los perros pueden infectarse y tener el parásito sin necesariamente desarrollar signos clínicos. Sin embargo, algunos perros son más vulnerables a la leishmaniosis y presentar síntomas clínicos, normalmente esto se relaciona con la eficacia se su sistema inmunitario:
- Perros de ciertas razas más sensibles, cómo bóxers, pastores alemanes, cocker spaniels o rottweilers, son más susceptibles a desarrollar la enfermedad por razones genéticas.
- Cachorros y perros geriátricos: los perros más jóvenes, por su sistema inmunitario inmaduro y los perros ancianos, por su sistema inmunitario debilitado son más sensibles a desarrollar enfermedad cuando se infectan.
- El estilo de vida del perro también influye, por ejemplo, aquellos perros con una nutrición poco saludable o malos hábitos de ejercicio pueden tener el sistema inmunitario más débil y ser más propensos a enfermar. Además, los perros que pasan mucho tiempo en el exterior (cómo perros de trabajo o guardianes), están más expuestos a la picadura de los flebótomos.
- Perros que padecen otras enfermedades: la presencia de otras enfermedades puede favorecer el desarrollo de la leishmaniosis.
El control de la infección y enfermedad en los perros es clave, ya que, al reducir su exposición y carga parasitaria, disminuye la posibilidad de que el flebótomo se infecte y transmita el parásito a otros animales. Esto ayuda a reducir los casos de enfermedad tanto en perros como en personas.
¿Las personas también pueden infectarse de leishmaniosis?
Sí, las personas también pueden infectarse de leishmaniosis, aunque es importante tener en cuenta que en la península ibérica no actúan como “reservorios”, ya que no transmiten el parásito de vuelta al flebótomo con la misma eficacia que los perros. Dicho de otra forma, las personas no pueden propagar la leishmaniosis a otras personas o animales. En algunos casos, en personas la infección puede evolucionar a enfermedad, la cual puede ser grave en humanos con un sistema inmunológico débil, como:
- Niños menores de 5 años,
- Pacientes inmunodeprimidos (por VIH, tratamientos inmunosupresores, etc.).
La leishmaniosis en personas resalta la importancia de controlar la infección en perros, pues al reducir el reservorio canino, disminuye también el riesgo de transmisión a las personas.
¿Qué otros animales además de perros pueden infectarse y propagar la leishmaniosis?
El ciclo no depende solo de los perros, sino que otros animales también pueden actuar como reservorios de Leishmania y mantener la infección en el ecosistema. Además de los perros, algunos de los animales que pueden propagar la leishmaniosis son:
- Zorros y otros cánidos salvajes;
- Roedores;
- Conejos y liebres;
- Gatos;
- Caballos.
Estos animales con leishmaniosis hacen que la eliminación completa del parásito Leishmania sea extremadamente difícil, lo que subraya la necesidad de estrategias preventivas coordinadas.
¿Cómo se puede controlar la propagación de la leishmaniosis?
Esta enfermedad es un problema complejo que involucra diferentes animales, pero el control de la infección en perros es una de las estrategias más efectivas para reducir la incidencia tanto en mascotas como en personas. Algunas medidas esenciales incluyen:
- Vacunación de perros en zonas endémicas.
- Uso de insecticidas tópicos con efecto repelente, cómo collares y pipetas, que sean repelentes de flebótomos.
- Evitar paseos en horarios de mayor actividad del flebótomo (amanecer y atardecer) y acumulaciones de materia orgánica.
- Revisiones veterinarias periódicas para detectar signos tempranos.